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Nueva Derecha vs. Vieja Derecha, Capítulo 29: La Prueba de la Risa — los Multiculturalistas dan Consejos a los Etnonacionalistas

8-3-2024 < Counter Currents 17 1746 words
 

1.577 palabras


English original here, French version here


Capítulo 1 aquí, Capítulo 28 aquí


El 26 de febrero de 2011, The Guardian anunció los resultados de una encuesta realizada por el Searchlight Institute en Reino Unido:


Un gran número de británicos apoyarían un partido inglés anti-inmigración si no estuviera asociado con la violencia y el imaginario fascista, según la mayor encuesta sobre Identidad y extremismo realizada en Reino Unido.


Un sondeo de Populus reveló que el 48% de la población se plantearía apoyar a un nuevo partido anti-inmigración comprometido con la lucha contra el extremismo islamista, y apoyaría políticas que obligaran a que en todos los edificios públicos se ondeara la bandera de San Jorge o la Union Jack.


Activistas antirracistas afirmaron que los resultados sugerían que los principales partidos británicos estaban perdiendo contacto con la opinión pública en cuestión de Identidad y Raza.


La encuesta sugiere que el nivel de apoyo a un partido de extrema derecha podría ser igual o incluso mayor al de países como Francia, Países Bajos y Austria. El Frente Nacional francés espera obtener un 20% en la primera vuelta de las presidenciales del año que viene. El partido anti-islamista neerlandés liderado por Geert Wilders obtuvo el 15,5% de los votos en las elecciones parlamentarias del año pasado.


Grupos antifascistas dijeron que los resultados de la encuesta cuestionaban la creencia de que los británicos eran más tolerantes que los demás europeos. “Esto no es porque el pueblo británico sea más moderado, sino simplemente porque sus opiniones no han encontrado una articulación política”, decía un informe del Searchlight Educational Trust, la organización no lucrativa antifascista que encargó la encuesta.


El 63% de los británicos Blancos… estaban de acuerdo con la afirmación de que “la inmigración a Gran Bretaña ha sido algo malo para el país”. Algo más de la mitad de los encuestados ―el 52%― estaban de acuerdo con la proposición de que “los musulmanes crean problemas en el Reino Unido”.


Jon Cruddas, diputado laborista que luchó con éxito contra el British National Party en su circunscripción de Dagenham y Rainham, en el Este de Londres, afirmó que los resultados apuntaban a una “amenaza muy real de un nuevo y potente electorado político aglutinado en torno a un nacionalismo inglés asertivo”. El informe identificó un resurgimiento de la Identidad inglesa, con un 39% de personas que prefieren llamarse ingleses en lugar de británicos. Sólo un 5% se etiquetaban como europeos.


A primera vista, son buenas noticias. Indica que el 48% de los británicos están esperando una excusa para votar al British National Party, el cual se ha vuelto más mainstream, distanciándose de su asociación con neonazis, fascistas y skinheads e introduciendo diversidad con sijs y Judíos. Por supuesto, esto también implica que los enemigos del BNP y sus voluntariosos aliados en los mass media principales nunca dejarán de recordar a los votantes estos lazos.


Esto me trae a la mente la reciente conferencia de Kevin MacDonald, “Estrategias Nacionalistas”, centrada en Geert Wilders en Países Bajos. Wilders ha hecho todo lo posible por construir un partido nacionalista europeo que se mantenga dentro de los límites de lo que MacDonald denomina “el consenso posterior a la II Guerra Mundial” sobre la Raza, el nacionalismo y los Judíos.


Como señala MacDonald, Wilders es quizás el político más filo-semita del continente europeo hoy en día (y lo es sinceramente, a juzgar por su matrimonio con una Judía). Pero, aun así, Wilders apenas ha hecho mella en la oposición Judía al nacionalismo neerlandés. De hecho, menos del 2% de los Judíos neerlandeses votaron por el Partido de la Libertad de Wilders en las últimas elecciones.


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Pero, como señala MacDonald, al mantenerse dentro de los límites políticamente correctos en cuanto a la Raza y los Judíos, Wilders ha ganado los votos de los neerlandeses que han despertado frente a los problemas del multiculturalismo y la inmigración, pero que siguen teniendo el cerebro lavado en cuanto a la Raza y la Cuestión Judía.


En todo el continente europeo, soplan fuertes vientos de descontento con el multiculturalismo y la inmigración, y los nacionalistas mainstream como Wilders están ajustando sus velas para aprovecharlos. Sería bueno que estos partidos lograran algún avance para acabar con el multiculturalismo y la inmigración no-Blanca, igual que sería bueno que el Tea Party hiciera avances similares en los EE.UU.


Yo soy de los que dicen “que florezcan mil flores”, y si este tipo de cosas lleva a gente simplona a despertar e involucrarse e incluso conduce a un cambio político real, no seré yo quien frene su entusiasmo. (Quiero que mantengan su entusiasmo, pero que descubran quiénes son sus verdaderos amigos y sus verdaderos enemigos.)


Pero los Nacionalistas Blancos no deberían perder de vista el hecho de que los objetivos de gente como Wilders y el Tea Party están muy lejos de un Etnoestado Blanco. Es más, rechazarían cualquier asociación abierta con nosotros como una amenaza a su ya inestable legitimidad dentro del ruedo político convencional.


El denominador común de nacionalistas como Wilders en el continente europeo, el Tea Party en los EE.UU. y los Nacionalistas Blancos convencionalistas de todo el mundo es que desean elaborar un mensaje que se mantenga dentro de los límites de ese “consenso” posterior a la II Guerra Mundial: la preservación y la mejora racial (eugenesia) son el mal; el único objetivo legítimo es la preservación cultural; puesto que sólo nos preocupa la cultura, mantenemos abierta la posibilidad de la asimilación cultural a personas de todas las razas; cualquier cosa que huela a fascismo o Nacional Socialismo es anatema; y, por supuesto, el mal supremo es el anti-Judaísmo, por lo que cualquier forma de autoafirmación étnica Europea debe incluir el derecho de los Judíos a ir y venir y vivir donde les plazca.


Pero ese consenso no es más que un artificio, producto del poder Judío. Así pues, mi pregunta a los convencionalistas es ésta: ¿cómo proponen alcanzar el poder Blanco sin desalojar al poder Judío? Porque, sin el poder Judío, los países Blancos de todo el mundo no habrían abrazado el multiculturalismo y la inmigración no-Blanca en primer lugar. Y los Judíos no parecen estar convencidos de la necesidad de cambiar estas políticas. Por lo tanto, no veo ninguna forma de triunfar sin identificar a la comunidad Judía organizada como el principal enemigo y apartarla del poder.


La encuesta de Searchlight también debería ser recibida con cierto escepticismo. El Searchlight Institute es el equivalente británico del Southern Poverty Law Center. Ahora, si el New York Times anunciara que el SPLC, basándose en amplias encuestas de opinión pública, aconseja a los Nacionalistas Blancos estadounidenses que podrían ganarse la lealtad del 48% de los votantes simplemente renunciando a la violencia y a los símbolos fascistas, ¿cuántos Nacionalistas Blancos serían lo suficientemente tontos para morder el cebo sin preguntarse si esconde veneno o un anzuelo? (Apostaría a que el número es deprimentemente elevado.)


¿Cuál es la intención de Searchlight aquí? Esta gente, por supuesto, sólo dice la verdad por accidente, lo que significa que sólo pronuncian algo que es verdad si es con segundas intenciones. Así que ninguno de sus supuestos hechos debe ser tomado al pie de la letra. Por el contrario, deberían ser examinados a la luz de cómo benefician la agenda multirracialista.


Antes que nada, la gente de Searchlight está claramente preocupada por un fenómeno real: el creciente sentimiento nacionalista en el Reino Unido. En segundo lugar, ellos quieren unir a las fuerzas antirracistas para oponerse a él. En tercer lugar, probablemente desean asustar y conseguir fondos de sus donantes. En cuarto lugar, desean hacer tanto daño como sea posible a sus enemigos nacionalistas.


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Si yo fuera el Searchlight Institute, trabajaría las preguntas de mis encuestas y maquillaría mis datos para llevar a los nacionalistas a la conclusión de que hacer algo lo más tonto y autodestructivo posible es el camino hacia el poder. Si el SPLC y la ADL fueran tan estúpidos como para seguir mi consejo, les aconsejaría sin duda que hagan la cosa más contraproducente que se les pudiera convencer de hacer.


¿Cuál es la lección que se puede extraer de la encuesta de Searchlight? Renuncia a la violencia y a la simbología fascista, y el 48% de los votos serán tuyos. Y, en el Reino Unido, con sus múltiples partidos, el 48% de los votos significa poder.


Por supuesto, el British National Party tiene sus raíces en el Nacional Socialismo y en la violenta subcultura de los cabezas rapadas. Esto es porque los Nacional Socialistas y los skinheads vieron los problemas del multiculturalismo y de la inmigración no-Blanca y estuvieron dispuestos a luchar contra eso varias décadas antes que los suburbanitas moderados de clase media que ahora entran en este BNP convencionalizado.


Muchos de los vanguardistas más comprometidos del BNP fueron expulsados o se marcharon disgustados cuando Nick Griffin se embarcó en convencionalizar el partido. Pero aún quedan algunos viejos luchadores desinteresados. (Cuando Griffin inició sus reformas, optaron por cerrar los ojos y pensar en Inglaterra.)


Ahora el Searchlight le está sugiriendo a Griffin y a los muggles que lo único que se interpone entre ellos y el poder son los 16 nazis y skinheads que quedan en sus filas. Si muerden el anzuelo, el resultado será más luchas internas en el BNP y en los círculos Nacionalistas Blancos de todo el mundo. Misión cumplida.


Sueño con el día en que nuestro movimiento sea lo suficientemente maduro como para que tales sugerencias de nuestros enemigos no pasen la prueba de la risa. Hasta entonces, supongo que podemos esperar que nuestros enemigos simplemente mueran riéndose de nosotros.










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